Para Juan Solano
de Managua a Camoapa
subieron a vender.
Pollo frito, gaseosas,
cajetas, cosa de horno.
Tajadas con queso
y el periódico.
Pero nadie
llevaba felicidad.
Y yo
quería comprar.
Un poquito
aunque fuera.
En el bus
de Camoapa a Managua
subieron a vender.
Cuajada, quesillos,
gaseosas, repostería.
Una viejita
encorvada y negra
llevaba felicidad
barata
a tres pesos.
Pero yo
Pero yo
no llevaba.
Me los gasté en cigarros.
Yo
te hubiera dado.
Un poquito
aunque fuera.
te hubiera dado.
Un poquito
aunque fuera.
Pero... la felicidad no se compra. Siempre tenemos una bolsa llena de ella pero nunca sabemos donde la dejamos.
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