jueves, 28 de octubre de 2010

Biografía de Álvaro Fonseca López



Cierro los ojos y sueño despierta, veo tan cercana tu presencia, que a 15 años de tu partida, no ha logrado el tiempo borrar tu mirada profunda, limpia y visionaria, ante un mudo testigo, el cerro “El Ventarrón”, Jinotega. Tus dulces ojos se cerraron y tu corazón comprometido cesó de latir. Era un 5 de Febrero de 1985, a escasos días de tus 23 años, de concluir el V de Economía en el RUCFA y dejando a tu hijito de 3 años, cumpliste el compromiso de NO RENDIRTE JAMÁS.


Eran tiempos difíciles, 1984. La demencia de guerra se imponía ante el Olivo de la Paz: el Manual de Operaciones de la CIA, con textos y dibujos entrenaba para asesinar, secuestrar, confundir y sabotear. Y estallaron los tanques de combustible en Corinto, homologando la quema de Granada y, a muchos años de historia, el filibustero es el mismo. Minaron las aguas y los campos, ¿a cuántos mataron o mutilaron sus pies? Y así comenzó la III Batalla del Café. Álvaro Fonseca López, nació un 17 de Febrero de 1962, asume el cargo de Jefe de Pelotón, con seis mil voluntarios más, a cortar el rojito. Van a cosechar vida, mientras otros siembran la muerte.

Ya en 1980, había llevado la luz del saber, a Siuna de la RAAN, en el Frente Nor-Oriental “Pablo Úbeda”, como Jefe de Columna de la Cruzada Nacional de Alfabetización. Cumpliste con el legado de Carlos: “también enséñenles a leer”.

Ubicado en la comunidad de Las Lajas, Jinotega, permanece hasta el 2 de Febrero de 1985. Se le orienta a diez jóvenes una misión especial y riesgosa, ahí está Álvaro. Evacuar campesinos, hombres, mujeres y niños del escenario de guerra. No era militar, pero si revolucionario: Juventud Sandinista, UNE, Militante del FSLN. Amaba la vida y de manera especial a los niños y niñas, asumió el desafío y el 5 de Febrero, enfrentan una lucha desigual contra las fuerzas del Comando Regional Diriangén.

Decía Álvaro en una carta a su madre: “tenemos fe en el futuro y desde aquí se aprecia y se quiere más a la patria, la ciudad, los niños y todo el pueblo. Este es el compromiso que hemos adquirido, cumplirle a la patria y la revolución”.

Tu madre que te ama eternamente
Bertha López de Fonseca 

Estas hermosas y quejumbrosas líneas llegaron a mí por mera casualidad. Me empaparon los ojos, y sentía la necesidad de compartirla. Probablemente, he sido muy atrevido al hacerlo,  pero como me dijeron una vez, el enlace generacional es necesario. Esto es historia, no pasada, sino vigente.

Honor y gloria para Álvaro.
Prosperidad y vida para Doña Bertha.

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